martes, 4 de diciembre de 2012

Fin de Siglo en La Habana de J.F. Fogel y B. Rosenthal habla de Senderoverde.

Bertrand Rosenthal
Jean Francois Fogel



Jean Francois Fogel y Bertrand Rosenthal  en su libro Fin de Siglo en La Habana hacen una reseña objetiva sobre el Movimiento Ecopacifista de Cuba Senderoverde y sus fundadores Mechy y Polo, con el valor de una vivencia compartida mientras fungían como corresponsales de la Agencia France Press en La Habana, Cuba.

Disidencia, Senderoverde y el Movimiento Ecologista y de Derechos Humanos en Cuba.

Una referencia sobre los orígenes de Senderoverde y el Movimiento Ecologista en Cuba. Su autor Ariel Hidalgo enfoca la participación de Mechy y Polo, fundadores de Senderoverde en el movimiento de derechos humanos.

Senderoverde Documento Histórico.






Documento histórico de Senderoverde y la Asociación Naturista VIDA.

Para ver el documento haga click sobre el enlace a continuación: 

La Asociación Naturista VIDA

Ubicada en Guanabacoa en las afueras de la Ciudad de La Habana se encontraba la Asociación Naturista VIDA un lugar paradisíaco de 13 hectáreas de tierra cultivable con una gran cantidad de árboles frutales los cuales habían sido sembrados por un experto en la materia llamado Saturnino Pestonit conocido por su negocio Casa Pestonit.

Allí se celebraban los fines de semana encuentros de los naturistas asociados muchos de ellos republicanos españoles y anarquistas del remanente fundador de la llamada Finca de los Naturistas. Era un lugar bello e intrincado dificil de localizar, precisamente lejos de la ruidosa ciudad y su entrada coincidía, por causa o no, con un lugar de paz, el cementerio judío de Guanabacoa.

Muchos de los visitantes llegaban en òmnibus y la parada correspondiente a la Finca Naturista era inconfundible por la referencia del camposanto junto al puente del Río Cambute. Muchos hebreos cubanos e inclusive residentes en el exterior dedicaban alabanzas de paz a sus seres más queridos y podíamos disfrutar de aquellas manifestaciones de respeto a sus muertos a los cuales visitaban vestidos con su tradicional  sombrero y levita.

Una vez apeados del ómnibus, debíamos caminar unos 400 metros por un camino semi asfaltado el cual se
obstaculizaba el andar ligero por la presencia de algunos guijarros en los zapatos y por el viento en el pecho que contrarrestaba nuestro paso, abriéndonos cada vez más a una descampada campiña de hermoso paisaje cubano.

Entre flores de guirnaldas, blancas y moradas como las imágenes de los emitidos sellos postales cubanos y las hojas brillantes de las zarzaparillas sabíamos que nos acercábamos a la entrada de la gran casona campestre estilo victoriano de madera que en su descuido y abandono no dejaba de admirar al visitante a pesar de su característico olor a recina de madera  por las perforaciones del comején. Esta hermosa casa enclavada frente a la entrada donde convergían varios caminos era la sede, el lugar de reuniones, oficina y donde al final de la misma encontrábamos una hermosa cocina con un fregadero y dos anafres como estufa y encima de ellos una hermosa chimenea de ladrillos en forma de campana como las otroras  fábricas de los años 20 que hacían recordar las películas silentes de Charlie Chaplin.

Una vez en la cocina del lugar un hermoso paisaje para contemplar. Precisamente en el área de la cocina y el patio de la casa club era posible observar las líneas en movimiento del río bordeando la propiedad de los naturistas. Esta localización estaba prevista para almorzar disfrutando del baño en las posetas del río de los niños de asociados y visitantes.

Lo más impresionante de todo este conglomerado era la biblioteca. Cientos de libros con una filosofía de vida que a muchos inspiraba al cambio a nivel social e individual y que desde los baños derivativos de Louis Khune, las curas del Abate Nippe, hasta el crudivorismo del Dr. Eduardo Alfonso eran la base de una sociedad mejor, más elevada sin matanza y crueldad animal como por otra parte también proponía Mahatma Ghandi.Tampoco faltaban los libros de Yoga.

Muchas personas con diversas dolencias visitaban la finca naturista como muchos le llamaban. Recordamos las historias de Eloy un español que por motivos clásicos de la promiscuidad de la época sufría de sífilis que era incurable por los años 30. Eloy conoció alli al Dr. Alfonso quien era masón y naturista férreo y que visitò Cuba desde España a su paso hacia America Latina promoviendo el naturismo y la vida sana. Eloy aprovechó la oportunidad para consultarlo en busca de una cura a su oculto mal por miedo al desdèn. Contaba que muchas personas tenían que utilizar una medicina invasiva como penicilina en abundante dosis y ya se hablaba entre los naturistas de efecto secundario.

Fuè entonces cuando este emprendió el camino del naturismo que el Dr. Eduardo Alfonso le indicara. Baños de agua fría, comida estrictamente vegetariana, baños del lodo (fangoterapia) el cual tomaba del río y recuerdo que nos contó que varias veces se enterró hasta el cuello para que se le revirtiera con los minerales y magnetismo de la tierra la toxidad de su sangre. No sabíamos cómo era posible eliminar así una enfermedad contagiosa y él nos convenció con su testimonio y confianza en el naturismo pues hasta dormía por muchos años a la intemperie, respirando aire puro. Era español de pura cepa, con un acento marcado. Su piel resplandecía por los baños de sol y siempre que los tomaba se colocaba una lechuga en los ojos pues había que protejerlos con una hoja verde. Sus ojos eran de un azul brillante, podíamos ver cada músculo definido de su cuerpo, su andar era seguro, de pisada fuerte. Su carácter temible porque era directo y muchas veces presto a la crítica sobretodo para los que visitaban el centro en busca de diversión dominical y no de aprendizaje. Pero una vez hecho rapor se disponía a transmitir la enseñanza basada en su propia experiencia.

Otro experimentado naturista de apellido Montero era un modelo a seguir. De pequeña estatura y gallego también hablaba con un acento español muy marcado. Era ebanista, una profesión que muy pocos hoy día pueden seguir a pie juntilla. Las historias de Manuel Montero eran muy interesantes y siempre recurría a un palo para trapear el piso de casa exclusivo para su esposa que tuvo una duración de 50 años, una historia creible después de estudiar cómo en la antiguedad se escogía la madera dependiendo si la luna era menguante o creciente, muchas veces teniendo en cuenta las constelaciones de ascenso o signos zodiacales según los fines preseguidos como: madera para puentes que no resbala si se moja, maderas para las estufas o chimeneas de las casas que no se apagaban, madera que no se pudra facilmente para la marinería etc.

Montero hablaba de su España querida y que por motivos económicos había dejado. Cuba competía con ese amor patriótico, se sentía cubano y no hablaba mal del patriarca ni de su revolución, asentaba con disimulo cualquier comentario a favor. Durante la guerra civil española muchos de ellos se asentaron en la isla caribeña que era lo más próximo en ideosincracia, costumbres, lenguaje afin y culinaria. Siendo joven Montero viajó  a Panamá para trabajar en la construcción del canal. Era ebanista pero sobretodo un carpintero de marca mayor. Durante ese tiempo se accidentó, su cuerpo menudo calló desde unos cuantos metros de altura de los diques que flanquean las eclusas y sin conocimiento fué rescatado, pensaron que había muerto. El equipo de socorro lo auscultó y notaron que seguía con vida. Las contusiones eran suficientes como para quedar desahusiado pero quedó a salvo. Sólo una herida profunda entre el labio inferior y el mentón quedaba como un puente desde la parte exterior atrevezando la encía y los dientes desaparecidos por el impacto. Montero se curó solo con agua, como parte de su práctica naturista donde la cura por el agua es una técnica tradicional milenaria y gracias a ello no murió de milagro.

Era el verano de 1985, fueron muchas las historias que recogimos de estos longevos naturistas convencidos y de las cuales aprendimos la entereza y la disciplina para llegar a un estado de salud con dignidad sin fármacos. Los observamos como si fuera un proyecto piloto de algùn gerontólogo, como podría hacerlo con los Hunza en Pakistán o en los longevos indígenas del valle de Vilcabamba en Ecuador. Todos eran personas mayores sin rasgos de decrepitud. Gracias a que aprendimos mucho de ellos nos sentimos iluminados y liberados pero es en ese instante como diría cualquier hinduísta "se nos aceleró el Karma". No se se hizo tardío un rosario de problemas con las autoridades cubanas, una suerte de incomprensiones, inflexibilidades y desconfianza en contradicción con los nuevos aires de la Perestroika y Glasnot que inundaban Europa oriental originando los cambios que dieron lugar al derrumbe del muro de Berlín y la desaparición de la Unión Soviética y el campo socialista en 1989.